miércoles, 13 de abril de 2011

La Segunda Señal: Rumores de Guerras y Nuestra Actitud Ante las Señales


“Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.” (Mateo 24:6)

Si bien, en toda la historia de la humanidad ha habido guerras entre los pueblos, debemos recordar que esta señal no ocurre de manera aislada, sino junto con las otras señales que el Señor Jesús habló, como es aquella de los falsos “cristos” o las que veremos más adelante.

Pero al considerar esta segunda señal, la de las guerras y rumores de guerras, es también el momento para considerar nuestra actitud y nuestros sentimientos con respecto a las señales antes del fin.

El hecho de que veamos señales  que ya estén ocurriendo o que aún no estén ocurriendo, no deben ser para nosotros como el timbre del recreo que nos indicaba cuándo debíamos de volver a clases y cuándo podíamos seguir jugando.

Es decir, si vemos una señal que ya está pasando, algunos se asustarán un poco, y pretenderán enmendar sus acciones, pero ¿qué pasa si una señal aún no la vemos? ¿Significa que todavía hay tiempo para vivir de manera relajada en el pecado? Por supuesto que no.

Al ver esta señal, vemos también lo que dice el Señor Jesucristo: mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin”.

La actitud correcta ante las señales, no debe ser el turbarnos, debemos tener cuidado que ésta no sea nuestra actitud o sentimiento, el miedo no debe ser el resultado del estudio de las señales proféticas.

Primero porque el Señor Jesús quita el miedo y el temor de nuestra vida, al ofrecernos gratuitamente el perdón de nuestros pecados y la vida eterna por medio del arrepentimiento y la fe en Su Nombre.  Esto es lo que Cristo nos da:

“…gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador” (Tito 2:4b)

Pero también debemos saber que hay mercaderes del miedo, los cuales se aprovechan de éste para sus propios fines. Ellos siembran el miedo tomando textos aislados y dan soluciones que no son las que la Biblia enseña, sino las que ellos venden a cambio de algo.

Si bien, una persona debe ser enseñada acerca de las señales que se presentarán en la tierra, y de lo que le espera al hombre si rechaza a Cristo; y en estos dos aspectos, primero entendemos que en la tierra se manifestarán los juicios y la ira de Dios; y el segundo, que las almas que rechacen a Cristo eligen su eternidad sin Él quedando en condenación eterna; estos dos mensajes también deben concluir en el mensaje de la gracia de Dios, la salvación y el perdón que gratuitamente nos ofrece Dios por medio de su Hijo Jesucristo.

El resultado entonces más que turbación es paz para los que creen. Pero si alguien se rehúsa a creer y a aceptar la gracia o el regalo del perdón de Dios, eligiendo la vida de pecado y deleites temporales, entonces no hay más que hacer, su propia decisión le guía a lo que la Biblia anuncia que ha de acontecer a aquellos que rechazaron el amor de la verdad para ser salvos.

De modo que el objetivo no es la turbación, sino la predicación de la gracia de Dios; de que a pesar que hemos pecado, Cristo murió por nosotros. Pero no sólo se debe predicar la gracia de Dios, sino su justicia, y este mundo experimentará en breve que Dios es justo, y que “en toda la tierra están sus juicios”  (Salmos 105:7)

Si algún temor produce en nosotros el estudio de las señales que anuncian el inicio de estas cosas, éste debe guiarnos a Cristo, para que ese temor sea cambiado en paz. De la misma manera, si algún temor tenemos a la muerte, éste debe guiarnos a Cristo para que en Él tengamos paz. Romanos 5:1 dice:

“Justificados, pues, por la fe, tenemos PAZ PARA CON DIOS por medio de nuestro Señor Jesucristo”

Por esto, una vez que somos perdonados por la fe, las señales dejan de producir turbación, y producen en nosotros un más fuerte anhelo de que todo esto acontezca pronto, por esto la verdadera iglesia, que es mencionada en Apocalipsis como “La Esposa del Cordero”, más que turbarse, piden que todo se apresure:

Apocalipsis 22:17: Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

Las señales del fin anuncian al cristiano que todo lo que es temporal está por pasar, y que lo eterno está por manifestarse en plenitud. Aquellos que renunciaron a lo temporal (a los deleites temporales del pecado), verán que todo aquello en lo cual creyeron por la Palabra de Dios, se estará cumpliendo ante sus ojos, ¿cómo no pedirán al Señor que apresure su venida?

Por esto el Señor Jesús dijo: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.” (Lucas 21:28)

El mundo muchas veces se ha ensoberbecido contra los cristianos, les ha menospreciado, se ha burlado, ha atribulado, expulsado y aún dado muerte a los cristianos. Pero el gozo y la paz de los hijos de Dios es interno y eterno, y permanece a pesar de esas soberbias. Sin embargo, cuando estas cosas “comiencen a suceder” el Señor Jesús dijo: Erguíos y levantad vuestra cabeza”. Pues las soberbias del mundo pronto estará bajo la justicia divina.


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