Sed de Poder

Si la revista Forbes hiciera una recuento histórico, probablemente su lista la encabezaría Nimrod, el primer poderoso en la Tierra:

“Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová.” (Génesis 10:8-9)

Un día la humanidad olvidó que después del diluvio, los que salieron del Arca era hermanos, y comenzaron a enseñorearse unos sobre otros, cientos de años mas tarde, hasta pensamos que había “razas superiores”

Aún en casa, hombres se “enseñorean” de su mujer, no para cuidarla y amarla, sino por la “sed de poder”, profesores en las escuelas, compañeros de clases, colegas en las empresas, y muchos, muestran sed de poder, buscan ser el primero entre los demás.

Pero en esta carrera vana e interminable, un día vino Cristo, a quien la Biblia llama: el “Siervo de Jehová” quien nos dijo:

“…El que quiera hacerse grande entre vosotros SERÁ VUESTRO SERVIDOR” (Mateo 20:26)

¿Qué sería de nuestra casa, si hubiera “sed de servicio”?

¿Cómo sería el lugar de trabajo si lejos de enseñorearnos, nos sirviéramos?

¿Cómo quisiéramos que los profesores traten a nuestros hijos?

¿Cómo exigiremos a otros tal actitud, si no iniciamos nosotros mismos?

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