lunes, 12 de diciembre de 2011

“Perdono, pero no olvido”


En el mensaje anterior vimos que, o desterramos el “enojo”, o el enojo eliminará toda posibilidad de una vida espiritual dichosa en nosotros.

Así que estamos viendo aspectos pequeños (y no pecados escandalosos) pero de gran impacto en nuestras vidas, estos son como las zorras pequeñas que echan a perder las vides. Ahora veremos otra “zorra pequeña”: La amargura.

Principalmente la amargura viene por no perdonar. En otras palabras, la amargura no viene por lo que nos hacen, sino por lo que no hacemos a tiempo (perdonar). 


A todos nos ofenden y nos han rechazado alguna vez, y... tenemos que reconocerlo, también nosotros hemos ofendido o rechazado a otros, pero la falta de perdón es lo que genera la raíz de amargura.

Las ofensas son como malas semillas depositadas intencionalmente en una tierra ajena, para que esa tierra se contamine y produzca espinos, así que nosotros debemos rápidamente sacar esas semillas que quisieron dañar nuestra tierra mediante el perdón.

El Señor Jesús habló una parábola de un hombre enemigo que sembró cizaña junto al trigo, y a veces eso pasa en nuestras vidas, que son sembradas por la Palabra de Dios, pero las ofensas que recibimos pretender también sembrar cizaña y dañar toda nuestra tierra.

En una playera leí este mensaje: “mantener la amargura es como tomar veneno, y esperar que alguien más se dañe”. Esto es verdad, hoy es tiempo de perdonar para que nuestro corazón sea una buena tierra, y de frutos que glorifiquen a Dios.

Recuerda! las frases como: "perdono, pero no olvido" ó "yo quien soy para perdonar", son formas de decir: No perdono. Mejor cuida tu corazón, y perdona con la ayuda del Señor Jesús, así como Él nos perdonó a nosotros, hazlo antes que broten las raíces.

“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;” (Hebreos 12:15)

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